Hoy en día existen diversos estudios de animación que han dejado su huella en la industria, ya sea gracias a producciones exitosas o la innovación que realizan en el campo. No obstante, existe un estudio que sobresale gracias a su historia y popularidad. Hablamos por supuesto de Disney Animation. Desde su fundación en 1923 el estudio ha producido 60 películas animadas así como cientos de cortometrajes. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en los avances técnicos de la animación tradicional en Disney, mismos que revolucionaron a la industria a lo largo de los años y se convirtieron en el estándar durante décadas.
Si te interesa, también puedes leer los consejos de veteranos en el estudio sobre animación de personajes así como la guía rápida para aprender animación tradicional. Ya que en esta nota nos enfocaremos en el aspecto técnico de la animación, tal como el uso de cámaras, procesos y herramientas para agilizar el proceso de producción en una cinta animada.
Y es que originalmente, los personajes eran animados a un cuadro a la vez: realizando sus acciones encima de un fondo estático, el cual muchas veces era una pintura del escenario donde tomaba lugar la historia. Sin embargo, la llegada de la cámara multiplanos dio un nuevo sentido de profundidad y realismo a la animación tradicional en Disney. Esta era una gran cámara que se colocaba por encima, de manera que el escenario pudiera ser dividido en varios elementos, mismos que se colocaban en distintos paneles de vidrio para qué pudieran animarse por separado.
Esto era una tarea bastante difícil, ya que se debían animar cuadro por cuadro tanto los elementos del fondo como a los personajes al mismo tiempo. Pero al presentar diversos elementos en movimiento como parte del escenario, las cintas de Disney en esta era lograron distinguirse por su perspectiva, realismo y ambientación. Los movimientos de cámara que se lograban con este aparato se convirtieron en una parte crucial de cualquier película de Disney, siendo utilizados desde cintas como Blancanieves, Bambi y Pinocho hasta La Sirenita en 1989.
Desafortunadamente también hubo un tiempo durante la década de 1960 donde las películas de Disney ya no eran tan rentables. Por lo que en un esfuerzo por reducir costos y tiempos de producción, se implementó el uso de la xerografía. Este proceso permitía fotocopiar los dibujos de los animadores directamente en la hoja de celulosa, de modo que ya no era necesario entintar cada una de ellas manualmente. Aunque esto tuvo un efecto secundario: ya que el delineado y los trazos tenían un aspecto menos refinado.
Esto dio lugar al estilo característico de cintas como Los 101 Dálmatas, El Libro de la Selva y Robin Hood. Por si fuera poco, el uso de la xerografía permitió reciclar distintos elementos animados, con lo cual fue posible reducir aún más los costos y tiempos destinados a la animación tradicional en Disney.
Sin embargo, la innovación tecnológica dio otro salto con el renacimiento del estudio durante los años noventa. Fue en esta época que se inventó el Sistema de Producción de Animación por Computadora: desarrollado en colaboración con Pixar para colorear y componer digitalmente el trabajo realizado por los animadores. Aunque originalmente se utilizó a modo de prueba en una de las últimas tomas en La Sirenita, eventualmente se volvió otra herramienta estándar para el estudio.
Con esto, no sólo sus películas animadas obtuvieron un aspecto más refinado sino que incluso pudieron incorporar efectos y escenarios computarizados, tal como sucedió con El Rey León y La Bella y La Bestia. Sin embargo, otros estudios buscaron maneras de replicar su trabajo por lo que Disney buscó la manera de llevarlo al siguiente nivel. Deep Canvas es un programa desarrollado por el estudio, el cual permite crear escenarios tridimensionales que pueden ser habitados por personajes de animación 2D.
Estos elementos 3D eran pintados digitalmente por un grupo de artistas, de modo que se integrasen mejor con los personajes. Este programa se utilizó por primera vez en 1999 durante la producción de Tarzán. Posteriormente se usaría para los vehículos mostrados en Atlantis así como la gran mayoría de los escenarios y efectos en El Planeta del Tesoro.