Si te interesa formar parte de la industria creativa es vital tener habilidades de dibujo a la hora de hacer tu trabajo. Lo cual es especialmente cierto si esperas conseguir un puesto como animador, diseñador de personajes, artista conceptual o de storyboard. Esto implica tener conocimientos en cuanto a proporciones y anatomía así como un entendimiento de la narrativa visual: es decir, que tus imágenes y dibujos sean capaces de contar una historia. Esto es de gran importancia durante la etapa de diseño y arte así como producción, añadiendo un toque de autenticidad y realismo tanto a personajes como escenarios.
¿Pero cómo puedes lograr contar una historia mediante únicamente imágenes y sin tener que decir ni una sola palabra? Por ejemplo, puedes conocer mucho acerca de un personaje por medio de la manera en que se viste o el aspecto que tiene su habitación. También puedes hacer uso de poses, expresiones y movimientos. A continuación te explicamos más sobre los fundamentos de la narrativa visual y cómo esto puede ser aplicado al trabajo creativo. Para ello te compartimos la información proporcionada por Nathan Fox durante una masterclass impartida en Lightbox Expo 2021.
Nathan Fox es un reconocido ilustrador y artista de cómics, siendo uno de los creadores de la saga “The Weatherman”: con 18 ediciones publicadas por Image Comics. Por si fuera poco, es director de la maestría en narrativa visual impartida en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, la cuál ha sido considerada como una de las mejores escuelas de animación del mundo en 2021.
Según explica Nathan, sin importar el medio que se trate, el atractivo de cualquier historia recae en sus personajes: quienes son, cuales son sus objetivos, qué propósito tienen en la trama y a que obstáculos se deben enfrentar. Esto en sí determina la forma en que la audiencia se puede relacionar con ellos: detallando aspectos de su personalidad, cultura, experiencias y la manera en que interactúan con otros personajes. Esto es un proceso que puede tomar bastante tiempo, ya que en el caso de Fox se necesitaron dos años para poder desarrollar todos estos elementos en la historia para The Weatherman.
Una vez que se tienen todos estos elementos, Nathan explica que se pasa a la etapa de bocetaje y arte conceptual. Es aquí donde recomienda realizar toda clase de variaciones para cada personaje: ya sea en sus expresiones faciales y poses así como en el tipo de vestuario y accesorios que usa. Para ello se trabaja de cerca con los escritores y guionistas del proyecto así como con el director de arte. Todo forma un proceso bastante colaborativo, ya que tanto la historia como el arte se influencian y desarrollan mutuamente.
Nathan afirma que usar referencias también puede ser bastante útil: ya sea que te bases en alguna celebridad o en personas de la vida real que hayas conocido. Puedes inspirarte en un amigo de tu infancia, un familiar o un músico famoso para agregar detalles en la personalidad y vestimenta del personaje. Sumando todo esto a las poses especiales, podrás construir un lenguaje corporal icónico, lo cual a su vez influye en la actuación del personaje y cómo se desenvuelve en la historia.
Para facilitar esto, Nathan sugiere que también observes a las personas en la vida real: cómo se mueven y reaccionan ante distintas situaciones o la manera en que interactúan entre sí. Si esto no te es posible, siempre puedes mirarte al espejo o tomarte fotos haciendo toda clase de expresiones, poses y gestos. También puedes estudiar animaciones y storyboards de otros artistas como referencia para tu trabajo.
“Sea un panel de storyboard o un cuadro de animación, tu personaje debe tener un propósito: que está haciendo y por qué. Además de sus expresiones o movimientos, debes tener en cuenta también otros factores como el escenario donde se encuentra e incluso la iluminación y ambientación general. Y para que todo esto funcione en términos de la narrativa visual, la historia debe avanzar manteniendo un ritmo y mensaje claro”. – Nathan Fox, ilustrador y artista de cómics.
En resumidas cuentas, Nathan describe todo el proceso de narrativa visual como elaborar el escenario donde va a transcurrir la historia. Puede sonar muy complicado, pero Nathan afirma que no tienes que preocuparte de dibujar cada personaje, escenario y elementos cada vez, sino más bien de incluir todo lo que es indispensable para presentar la historia en un determinado momento.
¿Cuántos dibujos necesitas para llegar al punto central de la escena? Piensa en cuál es el propósito principal de cada escena y dibújalo con la menor cantidad posible de cuadros o paneles. No te desgastes ilustrando cada pequeña acción desde diversos ángulos, sino más bien piensa en la manera más eficiente de dibujar a tu personaje pasando de una acción a otra.
Y si bien estos son fundamentos de la narrativa visual, Nathan afirma que no se aplican de igual manera en todos los casos. Después de todo, existen mil maneras diferentes de contar una historia, así que también dependen de tu creatividad y experiencia personal a la hora de dibujar y narrarla. Por supuesto, también se sugiere que tomes en cuenta las necesidades de la historia así como la audiencia a quien va dirigida.