Kung Fu Panda es una película de animación 3D producida por Dreamworks. Su historia se desarrolla en la antigua China, donde conoceremos a Po: un oso panda que sueña con convertirse en un maestro de las artes marciales. Para su sorpresa, el destino decide darle una oportunidad cuando es elegido como el Guerrero Dragón: aquel que dominará los secretos del kung fu para traer la paz al valle. A pesar de que nadie cree que pueda lograrlo, Po no se da por vencido sin importar los obstáculos que se interponen en su camino. Esto lo lleva en un viaje lleno de aventuras y conocimiento, donde hará nuevos amigos y se enfrentará a toda clase de enemigos.
Kung Fu Panda demostró ser todo un éxito, al recaudar más de $630 millones de dólares en taquillas. Por si fuera poco, la cinta fue nominada como Mejor Película Animada en los Premios Oscar y los Globos de Oro. Por si fuera poco, dio origen a una exitosa franquicia: la cual se expandió con 2 secuelas, 3 cortometrajes y dos series animadas. Con todo esto, la saga de Kung Fu Panda es considerada como una de las más exitosas en la animación, al generar ganancias estimadas en $1’817,258,352 dólares. Es por ello que hemos decidido darle un vistazo más de cerca a la producción de su cinta original, la cual se estrenó por allá del 2008.
Dreamworks comenzó a trabajar oficialmente en esta película en 2004, cuando originalmente se planeaba que fuera una simple parodia del género de artes marciales. Sin embargo, decidieron que sería mejor darle una narrativa seria con escenas de combate reales: con un protagonista cómico que brindaría un toque de humor a la cinta. La meta era lograr un balance entre acción y aventura con fantasía y comedia.
“Me encantan las películas de artes marciales así que no estaba interesado en burlarme de ellas. Decidimos tomarnoslo en serio y hacer una película de artes marciales que tuviera escenas de acción serias pero un personaje gracioso en el centro de ellas. Queríamos tener humor pero también mucha emoción”. – John Stevenson, co director de Kung Fu Panda.
Por si fuera poco, era importante mantener cierto realismo en la manera que se representaba la cultura china. Por lo que Raymond Zibach y Tang Heng, diseñador de producción y director de arte respectivamente, pasaron años estudiando el arte chino por medio de pinturas y esculturas. Por supuesto, también analizaron extensivamente múltiples cintas de artes marciales. Sus principales influencias para desarrollar el estilo de combate en Kung Fu Panda fueron “La Casa de las Dagas Voladoras” así como “Tigre y Dragón”. En total le tomó 4 años al equipo creativo desarrollar el estilo visual para la cinta, según comentó Stevenson.
Habiendo trabajado en series como Alvin y las Ardillas así como Star Wars: Clone Wars, Zibach también se influenció por el trabajo de animadores veteranos a la hora de integrar colores vibrantes y llamativo al estilo visual de Kung Fu Panda. Siendo que la animación sería realizada por computadora, la idea era impulsar todos los tonos y colores al máximo, para crear escenas con mayor dinamismo e impacto emocional.
Sin embargo, este no sería el único reto que enfrentarían durante la producción de Kung Fu Panda. De hecho, la animación utilizada para esta cinta había sido la más compleja y difícil de lograr por parte de Dreamworks hasta ese momento. Incluso los animadores tuvieron que tomar clases de kung fu, para estudiar sus movimientos y poderlos entender realmente, lo cual le daría a los personajes de la cinta mayor realismo y gracia a la hora de replicarlos.
Mark Manninen es otro de los principales responsables detrás de la producción de Kung Fu Panda, al ser el supervisor de vfx para toda la cinta. Sin embargo, su trabajo fue más que simplemente supervisar los efectos visuales, ya que trabajó de cerca con Zibach para trasladar el concepto de su estilo visual al mundo de la animación. Para ello elaboró un pipeline especializado en trasladar cada uno de los personajes, digitalizarlos y darles una forma tridimensional.
“Comenzamos con Po, nuestro personaje principal. Analizamos el diseño realizado por Nicolas Marlet, desde sus proporciones hasta las distintas líneas que componen su silueta. Pero una vez que lo pasas a una computadora, ya no se trata de un dibujo. Debíamos emular el lenguaje visual del diseño original y darle una apariencia con mayor profundidad y dimensión”. – Mark Manninen, supervisor de vfx en Kung Fu Panda.
Afortunadamente Dreamworks se benefició con la llegada de nuevos procesadores de 64-bit, cortesía de Hewlett-Packard. En los antiguos procesadores de 32-bit que se usaban hasta ese punto, únicamente se podían trabajar con 4 gigabytes, por lo que los renders tenían que ser simplificados para cumplir con ese estándar. No obstante, los nuevos procesadores permitieron al equipo realizar renders más complejos, sin preocuparse por tener que editarlas después o limitarse por cuestiones técnicas. Todo esto le dio oportunidad al equipo de enfocarse en los aspectos creativos, mejorando la calidad de la producción en Kung Fu Panda.
Otro punto importante fue lograr un equilibrio entre realismo y fantasía. Por un lado, los artistas estaban enfocados en recrear de manera precisa los movimientos del kung fu pero por otro lado, se trataba de animales haciendo artes marciales a fin de cuentas. Básicamente debían de emular los movimientos de un panda y un peleador de artes marciales al mismo tiempo. Todo esto con el fin de crear escenas impactantes pero que no cayeran en lo absurdo, arruinando lo que Dreamworks quería conseguir con la cinta. Para ello contaron con la ayuda de Eric Chen y Rodolphe Guenoden.
Chen era un doble de acción con experiencia en artes marciales, quien elaboró una coreografía que sirvió como la base para el estilo de pelea que usa Po. Por su parte, Rodolphe era el supervisor de animación para el personaje pero que además tenía conocimientos de artes marciales por su propia cuenta. Juntos elaboraron las secuencias de combate que vemos a lo largo de Kung Fu Panda. Estas fueron posteriormente trasladadas al storyboard, de manera que los animadores pudieran analizar pose por pose en cada uno de los movimientos. Esto permitió darle mayor impacto, fluidez y realismo a las peleas en la cinta.
Y si bien la cinta se considera una producción animada en 3D, al inicio de su historia hay una secuencia que se distingue por haber sido realizada de manera tradicional mediante animación 2D. La apariencia visual utilizada para esta parte fue idea de Jen Yuh Nelson, Tang Heng y Ramone Zibach, quien se inspiró en el estilo característico del anime. No obstante, se incorporaron diversos elementos de la cultura china para evitar que tuviera un toque demasiado “japonés”. Posteriormente la animación fue encargada a James Baxter y su propio estudio de animación, quienes dibujaron a mano cada cuadro de la secuencia.
Baxter se encargó personalmente de dibujar la secuencia completa a mano, mientras que otros artistas hacían dibujos adicionales para los efectos y transiciones. Posteriormente estos dibujos eran digitalizados y afinados en Photoshop para finalmente combinarse en After Effects y así formar la escena completa.
“Esa secuencia al inicio realmente se pudo distinguir gracias a su estilo gráfico e impactante de alto contraste. No estoy seguro de que hubiéramos podido realizar toda la película siguiendo ese mismo estilo mediante animación tradicional, pero fue una manera genial de empezar la cinta”. – Ramone Zibach, diseñador de producción en Kung Fu Panda.