El sketchbook es una herramienta muy útil para todos aquellos que se dedican a la animación, a la ilustración o a cualquier tipo de disciplina visual. A parte de ser un espacio donde desarrollar tus capacidades de dibujo y de ver tu progreso, también es una fuente de ideas para futuros proyectos.
En esta ocasión os explicaré porqué creo que es tan importante el uso del sketchbook y con qué tipo de elementos puedes llenar tus páginas cuando crees que ya lo has dibujado todo. Además, puede convertirse en un diario personal visual, cosa que en mi opinión puede tener mucho valor en el futuro por la cantidad de recuerdos que te puede traer cuando lo visitas de nuevo.
¿Qué es el sketchbook?
Para aquellos que no lo sepan, el sketchbook es un cuaderno de práctica donde haces tus estudios y pruebas creativas. En él esbozas ideas, practicas composiciones, estudias anatomía, pruebas materiales y mucho más.
Es muy importante tener el hábito de dibujar a diario si quieres avanzar y desarrollarte como dibujante. Muchas veces cuesta encontrar el tiempo y el espacio para practicar, por eso llevar un sketchbook encima cuando sales a la calle o cuando tienes un largo viaje en tren puede ser muy útil. La inspiración te puede venir en momentos de los más inesperados, así que tener tu cuaderno en la bolsa te permitirá esbozar tus ideas al instante.
A menudo muchas personas creen que los dibujos tienen que ser perfectos, pero eso está muy lejos de la realidad. Como decía, es un espacio de trabajo, de conceptualización de ideas y sobre todo de estudio. Yo soy partidaria de usar el sketchbook como laboratorio de ideas. Al inicio de mi carrera también quería crear páginas visualmente atractivas y que todos mis dibujos tuvieran una cohesión entre ellos. Veía los sketchbooks de mis artistas favoritos y creía que tenía que llenar el mío de dibujos muy acabados y ningún error como veía en ellos. Pero más adelante me di cuenta que no tenía que demostrar nada a nadie. Así que empecé a usarlo de una manera más natural y vivencial, como un espacio personal de desarrollo.
¿Qué tipo de sketchbook usar?
A la hora de escoger tu cuaderno, debemos pensar que sea práctico y portable. Para mi el tamaño más práctico es el de A5 o A4. Los que se abren y permiten quedarse totalmente planos en la mesa son muy cómodos, al igual que los que tienen anillas. Yo empecé a usar los Canson 180º Artbook cuando inicié mi carrera en Bellas Artes y me encantaba tener la posibilidad de usar las dos páginas para un mismo dibujo, sobre todo para hacer paisajes.
Puedes usar cualquier tipo de calidad de papel, ya que el objetivo es practicar y no hacer piezas acabadas. Actualmente me gusta usar los Hardbound Drawing Book de Arteza, con un papel de color crema de 110 gramos. Es cierto que si usas un papel un poco más grueso te permitirá trabajar con otras técnicas como acuarelas, tintas y demás. Pero ciertamente puedes usar el material que te sientas más cómodo, como podría ser el lápiz, bolígrafo o rotuladores. Para aquellos que les gusta la acuarela, existen unos pinceles con depósito de agua que son muy convenientes para cuando estás en el exterior, ya que no tienes que pensar en llevar un recipiente aparte.
¿Qué dibujar?
Os daré algunas ideas sobre qué dibujar en esas páginas en blanco que a veces pueden ser algo intimidantes. Puedes dibujar lo que hay en tu entorno como de tu imaginación. Cuando dibujas del natural, puedes centrarte en el mundo que tienes alrededor y analizarlo desde tu propia mirada. Eso es muy importante, ya que si pensamos en cualquier tipo de película de animación, por ejemplo, veremos que nos sentimos identificados con sus personajes y sus ambientes. Y es que en todos ellos hay algo de verdad de la realidad que conocemos. Esto solo se puede hacer observando con mucha atención como funciona el mundo e intentando representarlo.
Así que a continuación os daré algunas ideas para empezar a coger confianza en vuestro propio sketchbook. Es solo cuestión de tiempo de ver que todo lo que tenemos cerca tiene un potencial para nuestras creaciones visuales. Además quiero recordar que estas son mis propuestas personales, pero sentíos libres de experimentar también con aquello que surja de vuestra imaginación y a través de otras fuentes de inspiración.
· Autorretratos
Practicar retratos es algo que mucha gente disfruta haciendo. Cuando no tienes a nadie que pose para ti, a veces lo más fácil es mirarte al espejo. A parte de ser una buena manera de conocer tus facciones, aprendes a interpretarte a ti mismo de muchas formas. Algo que me ocurre a mi personalmente, es que depende del día te ves de un modo o de otro según como te sientas, y puedes experimentar con diferentes técnicas o aproximaciones para hacer el retrato. Es decir, puedes trazar los perfiles, o trabajar con las sombras que se crean en el rostro, probar distintas iluminaciones, expresiones, accesorios, etc.
· Manos y pies
Al igual que los autorretratos, tus manos y pies siempre están disponibles en cualquier momento del día. Muchos dicen que son las partes del cuerpo más complicadas de dibujar, así que siempre está bien practicar. Prueba de poner manos con poses poco usuales, así también comprenderás cómo se articula y cómo se mueve. Tener una biblioteca mental de poses de manos te ayudará a colocarlas en tus personajes de tu imaginación con mucha más facilidad en el futuro.
· Tu espacio de trabajo
Un modo de dejar constancia de los materiales que has usado en tus dibujos es, de hecho, dejarlos representados en el mismo papel donde dibujas. Es decir, es como si fuera un recuerdo visual de los lápices, colores, bolígrafos, sacapuntas y otros elementos que has empleado para tus creaciones. No tienes porqué limitarte a los materiales, si no que puedes añadir elementos que también usas pero que no son tan obvios: la mesa, la silla, la papelera, el vaso de agua. Con ello también conseguirás que en un futuro recuerdes con mucha más vivacidad el momento preciso y el espacio en que dibujaste aquello.
· Muestras de colores
Siempre que adquiero nuevos materiales, utilizo unas páginas para probar cómo reaccionan en el papel y qué tipo de efectos puedo crear. A veces garabatos, líneas, recuadros de color y elementos libres. Lo combino dibujando objetos de mi alrededor para ver como puedo definir un dibujo con ese material. Disfruto sobre todo estrenando colores de madera y ver qué combinaciones quedan bien. También me ayuda a idear gamas cromáticas para futuros proyectos de ilustraciones.
· Objetos cotidianos
Allí donde estés, sea en tu casa, en una clase o en un autobús habrá objetos para dibujar. Yo suelo dibujar muchos objetos de mi dormitorio como pueden ser los zapatos, chaquetas y figuras de decoración. Las cosas que vemos a menudo pueden no llamar nuestra atención al principio, ya que las conocemos demasiado como para fijarnos en ellas. Pero cuando intentamos dibujarlas podemos descubrir que sus formas pueden llegar a ser suficientemente complejas como para suponernos un reto agradable.
· Comida
Los alimentos pueden llegar a ser verdaderamente curiosos. Dependiendo de nuestra cultura, nuestros platos tienen texturas, colores y formas muy distintas. Algo que olvidamos a la hora de dibujar, es atender a nuestros otros sentidos. En este caso, los olores y el gusto nos pueden aportar una nueva información para nuestros dibujos. Tomar conciencia de ello también nos hará que disfrutemos más de aquello que comemos, aunque eso podría ser un tema aparte: como el dibujo nos ayuda a experimentar todo lo demás de un modo más consciente.
· Flores y plantas
La naturaleza es una gran fuente de inspiración por sus formas y su belleza. Existen inacabables variaciones de plantas para dibujar. Puedes empezar con las especies autóctonas que tengas en tu entorno, en algún parque o jardín. También puedes buscar imágenes de flores que te gusten y te aseguro que encontrarás variedades muy curiosas para dibujar. Es una de las temáticas que más me gusta explorar, y siempre encuentro nuevas maneras de representarlas. Experimentar con colores de madera para crear degradados y pliegues puede ser una forma de hacerlo.
· Animales
Si tienes una mascota como un perro, un gato o un pájaro, puedes usarlo como modelo. Añade cierta dificultad ya que están vivos y puede que no se estén quietos todo el rato. Es un reto pero también muy satisfactorio cuando llegas a tener muchas páginas llenas de poses tan diversas de tu animal. Probablemente serán simples y sin mucho detalle pero eso te permitirá identificar la esencia del movimiento, algo que encuentro muy importante en cuanto a habilidades de un dibujante, sobre todo el especializado en animación. Si no tienes mascota siempre puedes ir a un parque y dibujar los perros que pasean por allí. Si te apetece hacer un dibujo más acabado del animal, puedes fotografiarlo para más adelante dibujarlo en casa.
· Paisajes
Montañas, valles, caminos, ciudades, ríos… Los paisajes han sido una de las temáticas que más he dibujado a lo largo de los años. A parte de que disfruto observando el horizonte y su perfil, mirar a lo lejos me ayuda a entender las formas de un modo más simplificado, pensando en grandes masas que encajan entre ellas. En pueblos o ciudades puedes practicar la perspectiva en los edificios. En lugares donde abundan los árboles, podemos pensar en masas orgánicas con texturas. Creo que un buen plan es aprovechar las excursión con la familia o los amigos para hacer algunos dibujos del territorio que visitas.
· Personas en movimiento
Algo que encuentro muy importante para aquellos que quieren dedicarse a la animación o hacer character design es dedicar un tiempo a estudiar el cuerpo humano. Muchos sabemos que practicar anatomía es esencial, pero también pienso que dibujar personas en movimiento te ayuda a tener otras capacidades a la hora de representar el cuerpo humano.
En mi experiencia, un ejercicio muy útil es hacer dibujos de personas que transitan de un lado a otro sin estar mucho más de 30 segundos delante tuyo. Puedes ir a un parque o ponerte en la ventana de una cafetería y observar a la gente que anda por la calle tras el cristal.
Fijarse en la ropa que llevan y cómo se mueven, te ayudará a entender el ritmo de la pose. Los dibujos deben ser directos y expresivos: eso dará vida y personalidad a los personajes que crees más adelante.
· Thumbnails / Miniaturas de composiciones futuras
Antes de empezar un cuadro o una ilustración digital, hay que primero esbozar la idea para encontrar la que funcione mejor. Algo que yo recomendaría es hacer lo que se llama thumbnails o miniaturas. Consiste en dibujos pequeños sin detalle dónde sitúas a grandes rasgos la posición de los elementos y quizás masas de colores que utilizarás. Es un método genial para tener una visión general de cómo se verá tu dibujo. El sketchbook es el espacio para generar estas pruebas antes de embarcarte en la pieza final.
· Reinterpretaciones de obras famosas
Un último ejercicio que se puede hacer es buscar pinturas famosas de la historia del arte e intentar reproducir su composición y/o gama de colores. Después de analizarlas, puedes también coger lo que más te atrae de la pieza y hacer tu propia interpretación de la obra. Pueden ser los colores, el tema o un elemento escondido en la pintura que te inspire para dejar volar tu imaginación y crear algo más personal. Puedes hacer lo mismo con esculturas u otras piezas artísticas, como podrían ser temas musicales. Aunque pueda parecer extraño, los sonidos también pueden ser interpretados de forma visual. La cuestión es prestar atención a las obras que han trascendido a lo largo de la historia y aprender de los grandes maestros para progresar como artistas.
Por último, siempre puedes agregar notas, textos y fechas de cuando realizas tus bocetos. ¡Y no olvides de añadir tu información de contacto por si pierdes tu sketchbook!