Ya disponible en Netflix, los diez capítulos que conforman la primera temporada de esta serie animada producida por Dreamworks Animation, nos presenta las aventuras de Kipo Oak: una joven de 13 años que debe sobrevivir a los peligros que habitan en la superficie para así hallar el camino de regreso a casa y reencontrarse con su gente en el subterráneo. Pero a pesar del caótico estado de este mundo post-apocalíptico, habitado por animales mutantes gigantes que intentan devorarla, Kipo no puede evitar sentirse maravillada ante todas las cosas sorprendentes que encuentra por primera vez en su vida: ya sean gatos leñadores, serpientes rockeras, mapaches obsesionados con rutinas de ejercicio o lobos que rapean. Este es el mundo de Kipo y la era de los Magnimales.
Con todo esto, queda claro que a pesar de ambientarse 200 años después de que la civilización como la conocemos llegó a su fin, esta serie animada no trata en realidad sobre la desolación de la humanidad y el fin del mundo. A diferencia de otras series post-apocalípticas, el mundo de Kipo sigue siendo un lugar de asombro y aventuras. Otros casos similares serían “Hora de Aventura” en Cartoon Network o “Los últimos frikis del mundo” en Netflix. Y es que según palabras de Bill Wolkoff, productor ejecutivo de la serie, siempre se tuvo en mente que aún después del apocalipsis, el mundo de Kipo debía ser divertido y maravilloso.
“Mi plan original es que el mundo de Kipo sería un lugar muy oscuro, como en Game of Thrones o The Walking Dead. Pero mi estilo de dibujo resultó ser bastante más divertido, así que simplemente me incliné más hacia ese lado”. – Radford Sechrist, creador y productor ejecutivo de Kipo y la era de los Magnimales.
Por supuesto, Kipo no está sola en sus travesías ya que hace varios amigos a lo largo del camino: Benson, un viajero optimista; Lobezna, una superviviente experta en el uso de armas; Dave, un insecto parlante y Mandu, un puerco mutante de seis pies y cuatro ojos. Juntos no sólo ayudan a Kipo a sobrevivir ante los diversos peligros que acechan en la superficie, sino aprenden también que la vida es mucho más que solo sobrevivir día a día. Por otro lado, del lado de los adorables pero peligrosos magnimales mutantes hay un villano que se destaca: Parlomagno, un mandril sediento de poder que busca esclavizar al resto de la humanidad y hacerla parte de su ejército personal.
“Queríamos hacer que los riesgos fueran muy reales al igual que la idea de que es el fin del mundo. Pero a la vez siempre mostramos lo divertido que puede llegar a ser. Es decir, no tiene porque ser un lugar oscuro pero sin duda no deja de ser peligroso”. – Bill Wolkoff, productor ejecutivo de Kipo y la era de los Magnimales.
Es por eso que el papel de Kipo es tan importante para el desarrollo de esta serie animada. A través de su positividad, curiosidad y asombro, el mundo deja de ser tan aterrador y peligroso para convertirse más bien en un lugar lleno de sorpresas, aventuras y maravillas. Otro punto importante es que ante cualquier adversidad que encuentran, el grupo de personajes permanece unido a través de su amistad.
“Lo mejor de haber trabajado en Kipo es poder darles a los niños una sensación de poder incluso en momentos que pueden resultar aterradores. Lo importante es que a pesar de que pueda parecer que es el fin del mundo, todo va a estar bien al final de cuentas” . – Bill Wolkoff, productor ejecutivo.
La serie ha sido muy bien recibida tanto por críticos como la audiencia, especialmente por su música y dirección de arte así como su narrativa y desarrollo de personajes. La animación, realizada por Studio Mir en Corea del Sur, es hecha completamente a mano a través de métodos tradicionales. Y a pesar de ser catalogada como una serie animada infantil, lo cierto es que Kipo y la era de los Magnimales está dirigida a públicos de todas las edades.
Con información de Los Angeles Times.