Si hablamos de animación, puede que vengan a la mente de muchos los clásicos animados de Disney o las películas de Pixar. Sin embargo, debemos entender que este es un arte que trasciende fronteras y aunque sea relativamente reciente en su aparición, forma parte importante en la industria de muchos países hoy en día. Sin lugar a dudas uno de los casos más importantes es Japón, donde incluso ha evolucionado de una forma muy característica y ha pasado a formar parte del estilo de vida de sus habitantes. Es por eso que hoy en Industria Animación te venimos a hablar sobre la historia de la animación japonesa.
Ya anteriormente te hemos hablado sobre la historia de la animación en países como Colombia y España, pero esta vez cruzamos al otro lado del mundo para indagar en la historia de la animación japonesa. ¿Qué la vuelve tan especial? Para empezar, a diferencia del resto del mundo, Japón tiene su propio término para referirse a su animación: anime. Sin importar si es realizada mediante técnicas tradicionales o por medios digitales a través de una computadora, si la animación es originaria de Japón entonces se considera anime. Puede que una serie animada producida fuera de Japón tenga el mismo estilo característico tanto en su narrativa como dirección artística, sin embargo, no se consideraría anime sino meramente influenciado por ello. Esto en realidad es una fuente de debate entre profesionales y entusiastas de la animación, pero dejando claro este punto, hablemos ahora acerca de su historia.
LOS ORÍGENES DE LA ANIMACIÓN JAPONESA: 1900 A 1922
Al igual que muchos otros países, la historia de la animación en Japón tuvo sus inicios a principios del siglo XX, con algunos de los primeros ejemplos teniendo lugar en 1907. Antes de la llegada de las películas y el cine, en Japón existía una tradición llamada Utushi-e, en la cual se hacía uso de diapositivas y proyectores de madera para mostrar toda clase de figuras en movimiento frente a una pantalla. Cada figura era manipulada por un artista diferente, con lo cual se podía crear toda clase de historias con variedad de personajes en ellas. Se cree que el arte de Utushi-e estuvo inspirado por el teatro de Fantasmagoría en Europa durante esta época.
Fue precisamente en 1907 cuando se realizó el corto de Katsudō Shashin: con tan sólo 3 segundos de duración y 16 cuadros por segundo, sin embargo, se considera la obra más antigua en la historia de la animación japonesa. En ella, se presenta a un joven de sombrero rojo escribiendo 活動写真, lo cual se traduce como “imagen en movimiento”, y haciendo una reverencia, Esta producción de autor desconocido fue encontrada en 2005 en una colección privada de filmes y proyectores en Kyoto. Lamentablemente no se conocen muchas obras animadas de Japón en este período puesto que era común en ese entonces que después de ser exhibidas, las cintas eran distribuidas a lo largo del país, incluso a veces separadas y vendidas cuadro por cuadro.
No obstante, en 1917 se dio el primer trabajo animado japonés en ser considerado como parte del anime: Shingachō: Meian no Shippai, traducido como “Nuevo libro ilustrado en movimiento: El fracaso de un gran plan”. Después de esto surgieron 3 figuras que impulsarían la animación japonesa durante esta época y después pasarían a ser considerados “Los padres del anime”. El primero de ellos fue Ōten Shimokawa, quien fuera un caricaturista político para la revista de Tokyo Puck y animador para el estudio Tenkatsu, siendo “La historia del conserje Mukuzo Imokawa” su obra más reconocida. En segundo lugar estuvo Junichi Kōuchi, pintor y caricaturista que fue contratado como animador en 1916 y que en total realizó 15 películas animadas. Por último, Seitaro Kitayama fue un animador autodidacta que no fue contratado por otras compañías pero paso a crear su propio estudio: Kitayama Eiga Seisakujo, que a pesar de cerrar posteriormente debido a la falta de éxito en sus obras, se considera el primer estudio de animación en Japón.
ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: 1923 A 1939
A pesar de que el estudio de Kitayama se vio forzado a cerrar, durante el tiempo que estuvo operando llegó a tener cuatro discípulos: Yasuji Murata, Hakuzan Kimura, Sanae Yamamoto y Noburō Ōfuji. Tras la clausura del estudio y el Gran Terremoto de Kantō en 1923, los cuatro estudiantes de Kitayama se vieron obligados a emigrar y fundar sus propios estudios de animación. No obstante, muchos de ellos enfrentaron dificultades al tener que competir con las producciones de Disney. Para empezar, los estudios en Japón se veían obligados a reducir costos y emplear tan sólo a un puñado de animadores, lo cual a su vez hacía más difícil igualar la calidad de producciones extranjeras que contaban con color y sonido. A diferencia de sus contemporáneos en otros países, Japón no hizo uso del celuloide debido a lo costoso que era, en cambio, recurriendo a la animación cut out. A pesar de que esta técnica carecía de detalles y movimientos más complejos, hubo animadores que se especializaron en la técnica de cut out logrando trabajos ejemplares, tales como Yasuji Murata y Noburō Ōfuji.
No fue sino hasta mediados de la década de los años treinta que ciertos animadores intentaron elevar la calidad de las producciones japonesas al nivel de las obras extranjeras. Kenzō Masaoka fue el primero en producir un anime con sonido sincronizado en 1933, titulado Chikara to Onna no Yo no Naka. Posteriormente en 1934, Masaoka haría también historia en la animación japonesa al producir el primer anime hecho enteramente en celuloide, La danza de los Chagamas. Por su parte, Mitsuyo Seo sería reconocido en 1941 por su trabajo en el anime de Ari-Chan, el primero en hacer uso de la cámara multiplano.
DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: 1939 A 1945
Desde los años treinta, el gobierno japonés comenzó a impulsar el nacionalismo dentro de todos los aspectos de su cultura. Por ello, la animación japonesa se vio obligada a sobrevivir mediante su patrocinio por parte del gobierno, elaborando películas animadas con fines educativos e incluso propaganda política y militar. Por otra parte, creció fuertemente la censura contra todo aquello que no estuviera aprobado por el gobierno japonés. De esta manera, muchos estudios se unieron para formar compañías más grandes e inclusive productoras de filmes en vivo se vieron en la necesidad de concentrar sus esfuerzos en producir animación para seguir adelante.
Especialmente se destaca el caso de Shochiku, empresa fundada en 1895 como una productora de kabuki y cine, que durante esta época realizó el filme animado de “La araña y el tulipán” en colaboración con Kenzō Masaoka. Por su parte, Mitsuyo Seo también tendría participación en la industria animada durante la guerra, al producir “Las Águilas Marinas de Momotaro” en 1943 con la colaboración de la Armada Marina de Japón. Durante el último año de la guerra, en 1945, Shochiku llevaría a cabo el primer largometraje completamente animado en la historia de la animación japonesa: “Los Guerreros Marinos Divinos de Momotaro”.
ANIMACIÓN JAPONESA EN LA POSGUERRA: 1946 A 1959
Si bien Toei Company había sido fundada desde 1938, no fue sino hasta 1948 que surgió su división enfocada en producciones animadas, hoy en día mundialmente famosa por desarrollar series de anime como Mazinger Z, Sailor Moon, Dragon Ball, Saint Seiya, Digimon y One Piece, entre muchas otras. Sin embargo, mucho antes de estos éxitos, en 1958 Toei Animation llevó a cabo el primer largometraje completamente a color en la historia de la animación japonesa. “Hakujaden: La historia de la Serpiente Blanca” fue a su vez una de las primeras producciones japonesas en ser estrenada en los cines de Estados Unidos junto a “Shōnen Sarutobi Sasuke”, aunque en dicho país se les conoció como “El Panda y la Serpiente Mágica” y “Magic Boy” respectivamente.
Posteriormente en 1968 sería que Isao Takahata produciría el filme animado de “La gran aventura de Horus: Príncipe del Sol”. Esta obra tiene la distinción de no sólo ser la primera en romper con los estándares que caracterizaban al anime en esa época, generando a su vez un movimiento que sería conocido más tarde como “anime progresivo”; sino también de marcar la primera colaboración importante del célebre Hayao Miyazaki, quien fuera diseñador de escenarios y animador principal durante su producción tras ser contratado por Toei Animation en 1963.
LA ANIMACIÓN JAPONESA EN LOS AÑOS SESENTA
Fue durante esta época que la televisión comenzó a llegar a cada vez más hogares en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, con lo cual el anime comenzó a tener una mayor presencia en dicho país. La primera película animada japonesa en ser transmitida por televisión sería “Tres Historias”, una producción en blanco y negro que presentaba 3 cuentos de hadas a modo de antología con una duración de 30 minutos.
En 1961 y tras expirar su contrato con Toei Animation, Osamu Tezuka, considerado como “El padre del Manga”, fundó su propio estudio de animación: Mushi Productions. A través de este estudio, Tezuka sería responsable de diversas y exitosas series de anime tales como Astroboy, Kimba el león blanco, La Princesa Caballero y Black Jack. De hecho, Astro Boy fue la primera serie de anime en ser transmitida por televisión en 1963, aunque Tezuka estaría inconforme con todas las restricciones y cambios por los que tuvo que pasar su creación para poder ser emitida en Estados Unidos. No obstante, Astroboy fue un éxito tanto en Estados Unidos como en Japón, influenciando a muchas otras obras durante la década.
En 1966 llegó a la televisión el anime de “Sally, la bruja”, el cual es considerado no sólo el primero dentro del popular género de “chicas mágicas” sino también en la categoría de “shōjo”, es decir, series animadas dirigidas a niñas jóvenes de 7 a 18 años. Un año después, en 1967, haría su aparición el anime de “Mach GoGoGo”, mejor conocido como Speed Racer en inglés y Meteoro en español. Con un total de 52 episodios, la serie concluyó en 1968, no sin antes volverse un gran éxito tanto en Japón como en Occidente.
Por último, sería en 1969 cuando iniciaría el anime de “Sazae-san”, una serie animada basada en el manga del mismo nombre por Machiko Hasegawa. “Sazae-san”, mostrando las situaciones del día a día desde la perspectiva de un grupo de residentes en la ciudad de Tokio, posee el Récord Guinness Mundial a la serie animada de televisión de mayor duración en el aire: con más de 7,500 segmentos animados a lo largo de más de 2,500 episodios. De hecho, la cadena de Fuji Television no sólo mantiene la serie todavía al aire, sino que continúa produciendo nuevos episodios que se transmiten todos los domingos a las 6:30 pm. Sin embargo, por primera vez en décadas, la serie se ha puesto momentáneamente en pausa debido a la contingencia sanitaria provocada por la pandemia de Coronavirus en el mundo.
LOS AÑOS SETENTA
Ante la creciente competencia por otros estudios a nivel internacional, los estudios de animación japonesa pasaron por dificultades. Toei Animation tuvo que recortar su personal mientras que otros estudios como Mushi Productions fueron menos afortunados y terminaron cerrando. Esto sin embargo, tendría consecuencias positivas a largo plazo, ya que los empleados de Mushi Productions pasaron a crear sus propios estudios de animación, siendo Madhouse y Sunrise los más destacados. Estos dos estudios obtendrían fama y reconocimiento años después gracias a series como Sakura Cardcaptor, Black Lagoon y Death Note así como Gundam, InuYasha, Code Geass y Cowboy Bebop respectivamente.
Sin embargo, mucho antes de dichas series animadas, en los años setenta los animes que probaron ser más populares fueron Tomorrow’s Joe y Lupin III. Sin embargo, cabe destacar que la primera adaptación para Lupin the Third no fue del todo bien recibida, siendo cancelada tan sólo después de 23 episodios. Sería hasta 1977 donde su segunda entrega alcanzaría el éxito, produciendo un total de 155 episodios a lo largo de 3 años.
Por supuesto, no podemos hablar de los grandes éxitos de la animación japonesa en los setenta sin mencionar a “Heidi”, la serie animada creada por Isao Takahata, quien años después fundaría Studio Ghibli al lado Hayao Miyazaki. A pesar de la creencia original de que la serie no tendría éxito debido a su premisa cotidiana y común, “Heidi” resultó ser todo un éxito tanto en Japón como en muchos países de Europa. Durante este tiempo, Miyazaki trabajaría por su parte en la producción del anime “ Conan el niño del futuro” y “Lupin III: El Castillo de Cagliostro”.
Fue también durante esta década que surgió el popular género “mecha” con series como Mazinger Z en 1972 y Mobile Suit Gundam en 1979. Este género se caracteriza por tener elementos de ciencia ficción así como por presentar robots gigantes piloteados por humanos, peleando con toda clase de enemigos incluso en el espacio exterior. Por otra parte, sirviendo como un contraste a este tipo de anime llenos de acción, en 1976 surgió la serie animada de Candy Candy, alcanzando una gran popularidad y llegando a tener 125 episodios así como 3 películas producidas por Toei Animation.
LOS AÑOS OCHENTA
Después del éxito mundial de Star Wars, comenzaron a abundar las producciones animadas ambientadas como aventuras espaciales. Series como Space Battleship Yamato y Mobile Suit Gundam incluso llegaron a los cines en 1982, triunfando en taquillas. De igual manera, el movimiento que hoy se conoce como “otaku” vio sus inicios durante esta época: originado como una respuesta a la creciente popularidad del anime y la demanda por nuevas series. Y si bien la revista de Animage se originó en en 1978, fue durante los años ochenta que cobró mayor fama gracias a la publicación del manga de “Nausicaä del Valle del Viento”, creado por Hayao Miyazaki en 1982. Otra popular revista enfocada al anime, Newstype, tuvo su primera edición en 1985. Ambas revistas siguen en circulación hoy en día.
El género “mecha” continúo creciendo durante esta época: la franquicia de Macross surgió en 1982 e incluso fue adaptada para audiencias estadounidenses como la primera temporada de Robotech en 1985. Este año vio también la llega de Mobile Suit Zeta Gundam, secuela de la serie original, convirtiéndose en una de las series animadas más populares en Japón. Gainax, uno de los estudios de animación japonesa más populares, surgió también durante esta década. En ese entonces conocido como Daicon Films, este estudio fue fundado por Hideaki Anno, Yoshiyuki Sadamoto, Hiroyuki Yamaga, Takami Akai, Toshio Okada, Yasuhiro Takeda y Shinji Higuchi. Siendo tan sólo un grupo de animadores amateurs y estudiantes universitarios, Daicon Films realizaba cortos para Nihon SF Taikai, la convención anual de ciencia ficción en Japón. Sin embargo, tras el éxito de su corto animado en 1983 y su creciente popularidad con la comunidad otaku, decidieron cambiar su nombre a Gainax en 1985. Dos años después, finalmente producirían su primer filme animado, titulado Fuerza Espacial Real: Las alas de Honneamise.
Por su parte, el mundialmente célebre Studio Ghibli abriría sus puertas en 1985, un año después del gran éxito que representó la adaptación animada de “Nausicaä del Valle del Viento”. A Miyazaki y Takahata se les sumaría Toshio Suzuki, quien fuera editor de la revista Animage. Juntos llevarían a cabo la primer película de su nuevo estudio: Laputa, el castillo en el cielo. Años después llegaría otro de sus filmes clásicos, La tumba de las luciérnagas, en 1988. Un año después se daría el estreno de “Kiki: entregas a domicilio”.
Así como los años setenta verían el surgimiento del género “mecha”, en esta década el género de artes marciales tomaría al mundo por sorpresa con la llegada de Dragon Ball, adaptación animada de Toei Animation basada en el manga de Akira Toriyama. El anime original, que cubriría la infancia de Son Goku hasta la pelea final con Piccoro Daimaku, tendría un total de 153 episodios que fueron transmitidos de 1986 a 1989. Posteriormente llegaría su continuación en 1989 con Dragon Ball Z, mismo que tuvo 291 episodios y no concluiría sino hasta 1996. El tremendo éxito de esta nueva entrega daría como resultado 20 películas animadas, 3 especiales de televisión así como una de las franquicias de anime más populares en la historia.
No obstante, el género de peleas y artes marciales no fue el único que cobró mayor popularidad en esta época. El género de deportes tuvo su debut en 1983 con la llegada de “Captain Tsubasa”, producido por Tsuchida Production y mejor conocido como “Súper Campeones” en Hispanoamérica. Su éxito serviría de inspiración para otras series populares dentro del género tal como Slam Dunk, Eyeshield 21 y el Príncipe del Tenis.
Una de las películas animadas y de ciencia ficción más aclamadas de la historia, Akira, llegaría en 1988. A pesar de no tener el éxito deseado en Japón, el filme fue muy bien recibido en el extranjero, ayudando a difundir y popularizar al anime en gran parte del mundo. A su vez, marcó el origen del género “cyberpunk” en la animación japonesa y sirvió como inspiración para gran cantidad de obras en los años por venir. Lamentablemente, la década de los ochenta también se distinguió por el fallecimiento de Osamu Tezuka en 1989, trayendo consigo un fin a esta época en la historia del anime.
LA ANIMACIÓN JAPONESA EN LOS AÑOS NOVENTA
Esta época se caracterizó por atraer una mayor atención por parte del resto del mundo al anime. En 1995 Hideaki Anno y Gainax harían el estreno de Neon Genesis Evangelion, una de las series más populares en la historia de la animación japonesa. A lo largo de 26 episodios, Evangelion pudo traer nueva vida no sólo al género mecha sino a la industria del anime en general, resultando en todo un éxito tanto en Japón como el mundo. Finalmente, su completa narrativa, representación de diversas cosmologías así como teorías psicoanalíticas sirvieron como una subversión al género. Sumando esto a su controversial final, dio como resultado la llegada de “The End of Evangelion”, un filme que serviría como final definitivo a la serie en ese entonces y que recaudó un total de $10 millones de dólares en 1997. Sin embargo, es importante notar que lejos de estar concluida, Evangelion continúa no sólo produciendo nuevas adaptaciones de su historia en la forma de “Rebuild of Evangelion”, sino que además se ha posicionado como una de las franquicias más exitosas en la animación japonesa, con ganancias que superan los $14 billones de dólares.
El mismo año que se estrenó Evangelion marcaría también la llegada de “Ghost in the Shell”, la primera entrega en una de las franquicias más reconocidas en el género cyberpunk así como el anime en general. Esta película animada fue una de las primeras producciones japonesas en combinar el uso de la animación cel junto a efectos generados por computadora, con lo cual influiría a cineastas como James Cameron y los hermanos Wachowski, quienes citarían a Ghost in the Shell como una de las más grandes inspiraciones detrás de la saga de Matrix. Todo esto dio como resultado un incremento en las series animadas experimentales así como de ciencia ficción, siendo “Serial Experiments Lain” uno de las más destacadas.
Sin embargo, esta abundancia en series animadas de robots y ciencia ficción hizo que otras no resultaron tan populares, como sucedió con Mobile Fighter G Gundam y New Mobile Report Gundam Wing. En 1997 llegaría otro de los filmes más aclamados de Studio Ghibli: La Princesa Mononoke. En aquel entonces esta era considerada la película de animación japonesa más cara de la historia, al tener un costo de $20 millones de dólares. No obstante, resultó ser todo un éxito al convertirse en la película más taquillera del año en Japón, manteniendo el récord como la producción más exitosa de Studio Ghibli hasta la llegada de “El viaje de Chihiro” años después.
Un año después llegaría Cowboy Bebop, otro de los anime más exitosos e influyentes de todos los tiempos. Producida por el estudio de animación Sunrise, Cowboy Bebop narra las aventuras de un grupo de cazarrecompensas que recorre el sistema solar en busca de criminales durante el año de 2071. A través de sus 26 capítulos la serie explora temas como el existencialismo, la soledad y si una persona puede redimirse y escapar de su pasado. Acompañado de un soundtrack inspirado en la música jazz, folk, country y rock, este anime es aclamado también por juntar lo mejor de diversos géneros como ciencia ficción, películas western y noir así como acción en uno solo.
Para finales de la década de los noventa, se transmitían más de 100 anime distintos en Japón, siendo Pokémon, Sailor Moon y Digimon los más exitosos. Por su parte, Dragon Ball Z siguió obteniendo mayor popularidad durante los años noventa, al ser traducido en una docena de idiomas y emitido en más de 80 países distintos. A finales de la década llegaría también One Piece, una de las series de animación japonesa más aclamadas a nivel mundial, la cual actualmente sigue en emisión aún después de 15 temporadas y más de 900 capítulos.
ANIME EN EL NUEVO MILENIO
La primera década del año 2000 se vio caracterizada por un incremento en la producción de series con elementos característicos del género mecha, tales como Mobile Suit Gundam SEED, Macross Frontier, FLCL y Code Geass. Una de las series más destacadas en dicha categoría es Gurren Lagann, la cual se distingue por utilizar elementos de las series mecha de los años ochenta y noventa, lo cual le valió diversos premios por parte de varias organizaciones y eventos en Japón. Por su parte, las series de anime experimentales que vieron su inicio con Serial Experiments Lain durante los noventa continuaron, siendo Boogiepop Phantom, Paranoia Agent, Gantz y Ergo Proxy las más reconocidas.
Así como en décadas anteriores vimos el surgimiento de géneros como el mecha, cyberpunk y artes marciales, el nuevo milenio trajo consigo una mayor aceptación para los géneros del romance, harem y la vida diaria. De igual manera aumentaron los anime basados en juegos y novelas visuales, tales como Fate/Stay Night, Higurashi no Naku Koro ni y Clannad. A pesar de todo ello, esta década se vería fuertemente caracterizada por una gran demanda y popularidad en los anime pertenecientes al género shonen, las cuales dominarían la industria de la animación japonesa con una enorme variedad de títulos: Yu-gi-oh!, InuYasha, Naruto, Fullmetal Alchemist, Bleach y Fairy Tail siendo las más aclamadas. De hecho, según datos recabados por Crunchyroll, Naruto Shippuden es el anime más visto de los últimos 10 años.
Si esto no fuera suficiente, incluso se llevaron a cabo producciones animadas basadas en caricaturas estadounidenses, tales como “Transformers: Galaxy Force” y “GI Joe: Sigma 6”. A su vez, se hicieron nuevas adaptaciones de series japonesas en forma de “Dragon Ball Z: Kai” y “El Puño de la Estrella del Norte: La Leyenda del Verdadero Salvador”. Sin embargo, los anime más exitosos en ser revividos fueron “Rebuild of Evangelion”, un recuento distinto de los acontecimientos de la serie original; y “Ghost in the Shell: Arise”, una nueva serie animada inspirada en la historia original. Por su parte, el cine vio llegar a películas como “La chica que saltaba a través del tiempo” y “Summer Wars” del director Mamoru Hosoda, así como “Paprika” y “Tokyo Godfather” de Satoshi Kon.
Es aquí donde nuevamente hacemos mención del aclamado Studio Ghibli, quien en 2003 hizo historia con “El Viaje de Chihiro”: la primera y única producción animada a mano y en un idioma que no sea inglés, en ganar un Premio Oscar como Mejor Película Animada. Esta cinta además fue ganadora del Oso de Oro, el máximo galardón en el Festival de Cine Internacional en Berlín. Además “El Viaje de Chihiro” es considerada como la película de anime más exitosa en la historia, al recaudar $274 millones de dólares alrededor del mundo. Posteriormente en 2006, “El Castillo Vagabundo”, otro filme de Studio Ghibli, sería nominado nuevamente como Mejor Película Animada en los Premios Oscar, sin embargo, en esa ocasión el premio iría a “Wallace y Gromit: La maldición de las verduras”.
Sería en esta época que Toonami, el bloque de contenido enfocado en anime de Cartoon Network, ganaría más atención en América gracias a la transmisión de series como Pokémon, Doraemon, Bakugan, Beyblade, Yu-gi-oh!, Naruto y One Piece. Inclusive la influencia de la animación japonesa llegó a tal grado que surgieron diversas series estadounidenses con un estilo característico basado en el anime, como por ejemplo Avatar: El ultimo maestro del aire, La leyenda de Korra, Ben 10, Samurai Jack, RWBY y Teen Titans. En el cine, tenemos el caso de Pacific Rim, un filme de Guillermo del Toro inspirado por el género mecha del anime.
Sin embargo, en 2012 Toonami sería transformado en Adult Swim, un bloque especialmente dedicado a transmitir contenido animado sin censura alguna. Esto significa que además de volver a emitir obras clásicas en su totalidad sin cambios, también se puede disfrutar de nuevas series de animación japonesa sin edición ni censura, tales como Deadman Wonderland, Jojo’s Bizarre Adventure, Kill la Kill, Attack on Titan, Parasyte, One Punch Man, Dragon Ball Super, Black Clover y Demon Slayer, entre otras.
En cuanto a Studio Ghibli, 2013 sería el año en que Hayao Miyazaki anunciaría su retiro de la industria animada tras el estreno de “El viento se levanta”. Por su parte, “El cuento de la Princesa Kaguya” sería la última producción animada por parte de Isao Takahata, quien falleció en 2018. Afortunadamente, en 2016 Miyazaki anunció que saldría del retiro para trabajar en una última película animada llamada “How do you live?”, misma que a pesar de ser sido postergada en numerosas ocasiones, se espera tenga un estreno en el año 2023. De igual manera, Studio Ghibli ha comenzado la producción de su primer filme animado en 3D, el cual llegará directo para televisión en Japón a finales de este año.
Por último, es importante destacar la presencia del anime en las principales plataformas de streaming en el mundo. Netflix, por ejemplo, ha agregado a su catálogo de series títulos clásicos en la animación japonesa como Mazinger Z, Los Caballeros del Zodiaco, Naruto, Bleach, Fullmetal Alchemist y Neon Genesis Evangelion. De igual manera, ha producido nuevas adaptaciones como Ghost In The Shell: SAC_2045 y Knights of the Zodiac. Inclusive, Netflix ha estado detrás de nuevas producciones originales como Castlevania y Sol Levante. Lo mejor de todo, es que cada mes incluye nuevos estrenos de animación japonesa en su plataforma, siendo Baki, Pokémon Journeys, Brand New Animal y A Whisker Away los que se estrenaron durante este mes de junio. Por supuesto, si hablamos de animación japonesa no podemos dejar de lado a Crunchyroll, la plataforma por excelencia para disfrutar del anime ya que cuenta con más de 900 títulos en su catálogo. Y de igual manera, constantemente añade nuevas temporadas, episodios y series a su plataforma, por lo que siempre encontrarás algún anime que ver en su calendario de estrenos.
Con información de Anime News Network, Midnight Eye y New York Times.